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La Noche de lo Sublime

De todas las fiestas religiosas, ésta es la que más preserva el carácter religioso. También se la denominada Sttawshrin, y tiene lugar el 26 del mes de Ramadán. Dos aspectos atraen nuestra atención al observar esta fiesta: el cambio en el comportamiento social, y la tradición del ayuno de los jóvenes.

La gente demuestra un comportamiento muy espiritual, ya que durante esta noche se recomienda rezar y hacer el bien. Ya antes de la oración de L’Maghrib (atardecer) todos los musulmanes deben multiplicar los actos de buena fe: cada familia prepara un plato de cuscús y lo ofrece a una mezquita o una zaouïa. El espectáculo de los habitantes de Chauen dirigiéndose a las mezquitas con los platos de cuscús se repite cada Noche de lo Sublime.

Por otra parte, el ritual de la «oración continua» comienza con la oración de Lisha (noche), y en ella los practicantes visitan varias mezquitas para rezar.

El carácter espiritual de esta fiesta se explica por la creencia de que las puertas del cielo se abrirán a cualquier plegaria, por lo que permanecen en contacto espiritual con Dios durante toda esa noche sagrada. Algunos incluso creen que el cielo se abre esa noche del 26 de Ramadán a un mundo desconocido. Los niños, en cambio, tienen miedo de que esa noche Dios libere los espíritus. La gastronomía acentúa el ambiente religioso en los hogares, a lo que contribuye el olor del incienso y la madera de aloe, así como por la luz que debe estar presente en todos los rincones de las casas.

Este día las familias aprovechan esta tradición para que sus hijos mayores de siete años pasen la prueba del ayuno. A los chicos se les viste con trajes tradicionales como el pantalón árabe, la túnica o una chilaba blanca, babuchas y un sombrero de color rojo o verde. En cuanto a las chicas, se las viste como si de una boda se tratara, es decir, con vestidos de color blanco, y se las adorna con joyas que se colocan sobre su cabeza y su pecho, se las maquilla y se les pintan las manos y los pies con henna.

Durante el ayuno, en el momento de la oración del Asr (de la tarde), las familias de Chauen sacan a sus hijos a pasear por los barrios de la ciudad. Todos los miembros de la familia y los vecinos acompañan a los niños durante este paseo, y de tanto en tanto, lanzan gritos y recitan en voz alta frases que honran al profeta Mahoma. En el momento del ftur (la primera comida del día durante el Ramadán), el niño sube a una escalera y bebe leche con dátiles. Gracias a esta tradición del ayuno, los niños en Chauen aprenden a asumir sus deberes religiosos.

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