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La marroquinería

La historia de la marroquinería en Chauen ha recorrido diversas etapas. Los primeros usos iban destinados a la fabricación de prendas, de las cuales las más antiguas son el Korkin (especie de calzado para proteger la parte interior del pie), y el Trabak (prenda de cuero que se envuelve por las piernas y se fija mediante unas correas).

Con el paso del tiempo, el trabajo de la piel animal se fue haciendo más complejo y dedicándose a otros usos. Se construyeron casas para el curtido de la piel, Dar Dbagh, o tenerías, donde las pieles se transformaban en materiales resistentes, duraderos y se evitaba su pudrición, para lo cual se utilizaban productos naturales en el curtido y el tintado.

Hoy día, la marroquinería es la segunda gran actividad artesanal de Chauen, después de lo textil, y desempeña un papel esencial en la economía de la ciudad. La ciudad se ha convertido en uno de los centros más prósperos de la marroquinería con cuero marroquí. Esto es así hasta tal punto que sus talleres abastecen de numerosos productos a los mercados de las grandes ciudades como Fez, Rabat y Marrakech.

En el taller de marroquinería, el maestro (Maalem) domina todo el proceso de la producción, mientras que el aprendiz aplica las indicaciones usando las herramientas manuales: el Kormil (banqueta), el Jfif (maza), el Yechfa (punzón), etc.

Los dos productos fundamentales son la babuchas (Al Belgha) y la Zaäboula, especie de cartera de cuero que el hombre lleva bajo la chilaba, y donde guarda sus billetes y documentos. Entre las primeras hay que diferenciar las babuchas para el hombre y para la mujer, que siguen modelos, colores y decoraciones distintas. El Kharraz (zapatero, de ahí el nombre del barrio Kharrazine o de los zapateros) fabrica la babucha del tipo Al Msayat para el hombre, y de los tipos Rihiya y Cherbil para la mujer. Todos estos modelos coinciden en que el talón queda al aire libre.

Hombre fabricando babuchas

La babucha del hombre es amarilla o blanca, y tiene la suela plana y acabada en punta, lo que le da esa forma tan característica; puede ir levemente decorada o no. El modelo que se utiliza en fiestas y ocasiones especiales es el llamado Al medfouna be ziwani al fassiI, de color amarillo. Un segundo tipo, el Al makhrouza o Al Maklouba, es de uso diario.

El calzado común de la mujer, la Rihiya, es preferentemente de color rojo, aunque últimamente también se encuentra en azul. Su punta es redondeada y tiene un leve tacón plano que recorre toda la suela. Las mujeres calzan también la Cherbil durante las fiestas, en color negro de luto por la tradición que recuerda la caída de Granada.

Actualmente la imaginación de los artesanos ha enriquecido el mercado local con nuevos productos de gran calidad y valor artístico como muebles caseros, lámparas, rinconeras, mochilas, bolsas, monederos, sandalias, botas, etc. Estos productos gozan del aprecio y la admiración del consumidor, sobre todo, el cliente extranjero, y, en gran parte, son exportados a España. En cambio hay elementos tradicionales que están desapareciendo, como la silla de montar tradicional.

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