Al Hadra de Chauen

Se trata de un conjunto de cánticos y músicas populares exclusivamente femenino. En ellos se combina la poesía, la melodía y los ritmos siguiendo un esquema llamado Al Hadra, término que proviene de la palabra Hodour (presencia). Su contenido es claramente religioso y se cantan en reuniones de hermandades religiosas.

Se trata de una práctica espiritual que tiene su origen en la tradición sufí, y comprenden una serie de invocaciones, alabanzas y plegarias, al término de las cuales se entra en estado de trance, que es considerado como el fruto de una unión y una presencia divina, Hodour. En Al Hadra las mujeres se alinean y producen movimientos en grupo que son de una gran belleza. Empiezan con un tempo lento y majestuoso, con las percusiones del Daf (panderos) y los youyous vocales de las mujeres, para luego alcanzar su apogeo con una especie de éxtasis, las llamadas Hadarats.

Las mujeres de Chauen mantienen esta tradición musical generación tras generación desde el siglo XVI, cuando la trajo a la ciudad la Jerifa Lalla Hiba Bekkalia. Se creó entonces una hermandad sufí que ha estado bajo la dirección espiritual de importantes maestros, los cuales les han legado una gran herencia de poemas religiosos, de invocaciones y cantos populares.

Este arte, cargado de poesía, melodías y coreografías de gran belleza, se manifiesta en la actualidad en los moussems, los aniversarios y las festividades, especialmente en el moussem del Mouloud (Aniversario del nacimiento del Profeta Mohammed).