Las fiestas religiosas

De manera general, la celebración de las fiestas religiosas tiene su sentido en el interés de los practicantes por manifestar el lado espiritual que imbuye su persona, su cultura y su organización social. Estas fiestas tienen un papel importante para los chaueníes, ya que sirven para preservar la identidad cultural árabe-musulmana.

La religión es el principal factor que tienen en común muchas de las celebraciones públicas y comunales. En efecto, el Corán y la tradición profética son el origen de estas fiestas: las tareas de limpieza, el color blanco de las vestimentas, las visitas entre familias y vecinos, los ritos religiosos son el reflejo de una tradición festiva que encuentra sus orígenes en el Corán y en la Sunna. Junto a esto, la gastronomía local y ciertas tradiciones y formas sociales confieren a estas fiestas su carácter específico.

En la propagación de las tradiciones festivas hay que destacar el papel de las zaouïas (hermandades religiosas), especialmente en lo que se refiere a la celebración de las fiestas convencionales. Las celebraciones en las diferentes zaouïas son muy similares, algo que podría explicarse por la existencia de un origen común en algunas hermandades, como las zaouïas tiganiya, drqawiya, raysuniya, etc. Así, la celebración de las fiestas convencionales, excepto la Achoura, se realiza de la misma forma y al mismo tiempo, a través de la enunciación de los adkar (citas al nombre de Dios) y de amdah (alabanzas al profeta Mahoma) y de lecturas de otros textos religiosos.

No obstante, la actividad de las zaouïas ha disminuido en los últimos tiempos, debido al descenso del número de huffad, esto es, las personas que aprenden de memoria los amdah y los distintos adkar, que constituyen la materia principal en la celebración de buena parte de las fiestas religiosas.

A su vez, tienden a desaparecer otras tradiciones religiosas, como la pintura con henna ligada a las fiestas, que pervive gracias a las mujeres de generaciones anteriores que valoran su valor estético y terapéutico. En cambio, las jóvenes de las ciudades ya no suelen mostrar interés por este elemento tradicional.