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Aïd El Kebhir: la fiesta del cordero

El carácter festivo de esta ceremonia radica en la conmemoración del sacrificio de Abraham, para lo cual se sacrifica un cordero, cuya inmolación da lugar a una serie de tradiciones gastronómicas y, a veces, a prácticas que mezclan terapias y supersticiones. Los festejos tienen una fase preparatoria y otra ceremonial.

La fase de preparación

Empieza con la compra de los animales destinados al sacrificio dos semanas antes del Aïd. Usualmente se le confía a un granjero que se ocupa de ellos por un precio acordado, aunque la mayoría de las familias compran directamente los animales desde que empiezan a organizarse mercados especiales para la ocasión. En este sentido, es de destacar que existe gente que ayuda a pagar o paga la totalidad del odhiya (el animal para el sacrificio) a los pobres. Se conserva así la idea de sacrificio tanto por parte de unos como de otros.

En lo que se refiere a la elección del animal, los habitantes de Chauen suelen elegir un animal de especie caprina, ovejas o cabras, prefiriéndose los machos.

En esta fase de preparación reaparece de nuevo la tradición del encalado de las casas y el lavado de la ropa blanca, y, paralelamente, los habitantes se abastecen de diversos materiales y objetos relacionados con la naturaleza de estas fiestas. Se compran especias, aceite, marmitas, braseros, carbón, pinchos, barbacoas, y también cuchillos, hachas y cuerdas con las que desollar al animal.

En lo gastronómico, la repostería tiene ahora menos importancia, ya que la gente se interesa más por la carne. De igual modo, sólo una minoría aprovecha la ocasión para comprar ropa nueva. Unos utilizan lo que compraron durante el Aïd Seghir, otros se visten como de costumbre.

Finalmente, cabe destacar que, siguiendo el ejemplo del Mahoma, los habitantes de Chauen, sobre todo los practicantes, hacen la cuaresma durante los nueve primeros días del mes de Dhul Hiyya, especialmente el día de Arafa. Esta fase termina con la visita a los hamman durante los tres días que preceden el Aïd El Khebir.

La ceremonia de inmolación

El día de la fiesta del Aïd El Kebhir está marcado por la oración del Aïd, por el intercambio de felicitaciones y, sobre todo, por la ceremonia de inmolación. La fiesta comienza oficialmente con la oración del Aïd. La gente se levanta temprano, y se dirige a la Mosalla o a las mezquitas, tras vestirse para la ocasión. Una vez terminada, se intercambian felicitaciones y se organizan para el sacrificio de los animales.

La ceremonia de la desolladura de los animales es un auténtico espectáculo en el que participa toda la familia. El padre, si está cualificado para ello, se hace cargo de la inmolación y de desollar al animal; si no supiera, se llama a otra persona o al carnicero. Si hay alguna viuda en el vecindario, es la primera a quien se sirve tras la inmolación y la desolladura del animal. El degüello del animal se realiza mediante un ritual.

Las prácticas supersticiosas comienzan desde el momento en que se pone al animal boca arriba para el sacrificio. Los inmoladores ponen primero un poco de harina y de sal en la boca del animal. Una vez que el cordero o el chivo han sido degollados, la gente se comporta de manera desigual al enfrentarse con la sangre de los animales. Mientras unos intentan no mirarla por miedo, otros manifiestan tendencias vampíricas y beben la sangre del animal. Para otros, la sangre tiene propiedades terapéuticas: algunas ancianas de Chauen la utilizan para curar las llagas que salen en la planta de los pies. Para ello, esperan a que la sangre esté coagulada y luego la pisan, dando a la escena cierto carácter dramático.

La segunda fase de la ceremonia consiste en el destripamiento del animal, que exige la participación de las mujeres que se ocupan de lavar los distintos órganos del animal. El utensilio utilizado para la desolladura del animal es utilizado por algunos habitantes de Chauen para sanar problemas respiratorios. Igualmente, la quijada del animal es utilizada contra la inflamación de las anginas.

Estas prácticas son características de la sociedad tradicional, que mantienen un pulso entre lo real y lo mágico. Las generaciones actuales rechazan este tipo de prácticas, y por eso están desapareciendo.

El final de la ceremonia de la inmolación marca una ruptura provisional con los días normales en lo que a comidas se refiere. En cada Aïd Kebhir reaparece toda una gastronomía especial para la ocasión, como veremos más adelante.

En lo que a tradiciones sociales se refiere, son similares a las del Aïd Seghir: Las familias vecinas se felicitan las unas a las otras durante los tres primeros días. Mientras que el ambiente de fiesta desaparece en el exterior a partir del tercer día, dentro de los hogares sigue la celebración, sobre todo en las cocinas.

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