La palabra Achoura viene del término árabe ashara que significa diez, es decir, el día 10 del mes de Moharram, fecha en la que tiene lugar esta festividad. En Chauen se la llama Ashur, y se caracteriza principalmente por su aspecto carnavalesco, aunque los elementos religiosos y gastronómicos también están presentes en las celebraciones.
Si observáramos solo al aspecto festivo de la Achoura, podríamos creer que se trata de una fiesta occidental que no tiene ninguna base religiosa o local. Nada más lejos de la realidad: la dimensión religiosa de esta fiesta, aunque sea menos evidente, se expresa a través del ayuno, la Zekkat (la limosna), y la visita a los cementerios. Este comportamiento religioso tiene como origen la tradición del profeta Mahoma, el cual hacía la cuaresma durante este día.
Las familias visitan a sus muertos en los cementerios el día de Achoura, riegan sus tumbas, depositan ramos de arrayán, una planta aromática, y recitan versículos del Corán a sus fallecidos.
Por otra parte, la gastronomía relativa a esta fiesta consiste en la preparación de un plato compuesto de cous cous y del rabo secado del animal que se sacrificó el día de Aïd Khebir, que se conserva desde entonces para este día, como veremos en el capítulo 8. Los habitantes de Chauen lo suelen comer en el almuerzo.
El aspecto carnavalesco del día de la Achoura proviene de la influencia occidental. Los comerciantes participan en la Achoura vendiendo diversos tipos de mercancías, como juguetes, máscaras, frutos secos, incienso, etc. También se montan atracciones para niños, que se llaman nwar, y se organizan juegos de azar. Estos lugares conocen una gran afluencia de público compuesto por mujeres, hombres y niños, tanto de la ciudad como de las zonas rurales, que llegan en grupos ataviados con sus trajes tradicionales, con colores que se mezclan con los del espectáculo, dotando a la fiesta de un carácter local muy especial.
Con motivo de esta fiesta, las mujeres compran instrumentos de música, sobre todo darboukas (timbales) o tarig, que también servirán para celebrar otras fiestas.
Así, vemos que una fiesta que en principio es religiosa se ve modificada por tradiciones festivas foráneas, privilegiando el aspecto jovial y material de las fiestas a expensas de la dimensión religiosa y espiritual, que fue su inicial razón de ser.