La islamización
A partir del siglo VII Marruecos se islamiza con gran rapidez, ya que la extensión del Islam consiguió dar unidad a unas regiones divididas y desmembradas, no sin tener que vencer antes la resistencia de una parte de los bereberes. La fusión entre árabes y bereberes tuvo como consecuencia la unificación de los mandos bajo un solo poder. Los primeros gobernantes fueron Moussa Bnou Noussaïr y su sucesor, Tariq Bnou Ziad, quienes iniciaron la conquista de la Península Ibérica.
Algunos estudiosos locales mantienen que los habitantes autóctonos siempre se han negado a la sumisión y se han resistido a los ocupantes hasta la llegada de la conquista musulmana. Uno de los argumentos esgrimidos es el mantenimiento durante siglos de las numerosas lenguas y dialectos bereberes (amazigs) que ha conocido la región. Actualmente, en los alrededores de Chauen se habla aún la llamada lengua de Gomara.
Desde esta posición, la islamización se daría porque la población autóctona apreció la diferencia que existía entre los conquistadores musulmanes y sus predecesores. Los chaueníes creyeron en el mensaje del Islam, aprendieron su lengua y sobre ella se propagaron años de seguridad y salvaguardia.
El Islam planteaba un dogma accesible a todos, prescindiendo de jerarquías, clero o formalismos como hacen otras religiones. No hay intermediarios entre el hombre y Dios, lo que resultó muy atractivo a los pueblos autóctonos, que veían justo lo contrario en sus antecesores cristianos. Por eso, muchos investigadores defienden la llegada de los primeros musulmanes como uno de los momentos más felices de su historia. Estos llegaron con sus familias, sus imames (guías en el rezo) y ulemas (estudiosos del Islam), predicando la religión de una forma clara y humilde, cultivando la reflexión sobre el contexto social de la época. De ahí que el Islam se entienda más que como una religión, como una forma de entender la vida, alimentada según las jurisprudencias y las tradiciones.
Las dinastías almorávide, almohade y meriní gobernaron entre los siglos XI al XIII, aglutinando buena parte de lo que hoy es territorio marroquí y logrando el dominio de parte de Al andalus, en España. En estos años hubo un gran desarrollo de las artes y de la ciencia, y un equilibrio social mantenido por periodos casi continuos de disputas bélicas. A pesar del conservadurismo religioso almorávide, judíos y cristianos participaban de la vida de la sociedad magrebí y andalusí. Como ejemplo de ello el Sultán almorávide Ali Ben Youssef Ben Tachafine encargó el cobro de los impuestos en Marruecos a un cristiano, mientras que el sultán de Córdoba, En-Nacer, designó a un judío para hacer lo mismo en Al andalus.
Ya en pleno dominio de la dinastía Watasida de Fez, se funda la ciudad de Chauen, en 1471.